Hace treinta años, los padres dejaban la educación de sus hijos en manos de los maestros porque estos estaban capacitados para coordinar este trámite. Los padres, confiados, sólo iban a la escuela para recibir felicitaciones, participar de fiestas escolares o soportar estoicamente regaños y sugerencias de quienes estaban más al tanto del desarrollo pedagógico del niño, para luego, en casa, ajustar cuentas a través de diferentes alternativas psico-culturales de acuerdo a cada familia.
Estos padres, quizá confiaban o en su mayoría al no tener instrucción básica, no les quedaba otra que aceptar lo que el maestro sentenciaba.
En la actualidad, los padres siguen dejando la educación de sus hijos en manos de los maestros. ¿seguirán confiando o es una estrategia para que en el caso de fracasos poder culpar a alguien y en caso de éxito podre enorgullecerse del buen tino que tuvieron a elegir escuela?
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1 comment:
Ni una ni la otra: La posta es la vagancia y la falta crónica de tiempo autoimpuesta.
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