Cuando fuimos chicos, la mayoría de nosotros quisimos ser maestros para enseñar.
Pero más que enseñar, nos gustaba poner orden, tener la razón y que todos nos hicieran caso porque eramos "LOS MAESTROS". Ser maestro era considerado, en un mundo de obreros y amas de casa, casi al mismo importante nivel que un empleado bancario sin contar con las excepciones exquisitas de un universitario.
Estudiando para maestros, cerca del egreso de nuestra carrera, hacemos las observaciones a los docentes experimentados y vemos lo que NO queremos repetir, lo que queremos imitar y vamos decidiendo qué vamos a hacer para mejorar... de esa forma, la arrogancia no se mete con nuestro desempeño sino que la vehemencia juvenil hace que deseemos mejorar la educación y cambiar hasta al ministro de educación.
Pero terminamos, a través de los años, en "el seguir haciendo" porque es muy difícil ser salmón. No cualquiera puede transformarse en salmón y mantenerse lúcido, amplio y en armonía.
¿De quién es la responsabilidad sobre "el seguir haciendo"? ¿En quién recae o en donde reside esa responsabilidad?
.........................
eh?
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2 comments:
Ciclico....
Caso 1: se une a la corriente salmonista,pero las dificultades que encuentra a su paso,le obligan a callar y poner,ante todo,lo personal, que despues de todo es importante si uno deea ser salmon. Pero a la espera del momento.......el momento se pasa,y el salmon muere rio abajo.
Caso 2: Salmon importante,necesita salmonear,pues he ahi la razon de su salmoneria(diria salomon). No se salmoneriza con los anti salmonistas,si no que salmonea salomonicamente salmon arriba. El salmon es el "great salmon".
raro salmon,pero salmon,SALMON.
salmon procer!
disculpad mi pescadez
bravo!!
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